viernes, enero 29



30 AÑOS Y UN DÍA


Vivir un verano en Santiago, es simplemente la peor de las condenas. Lo digo por tener que viajar en el metro al lado de wns zobaqueados o por tener que salir a comprar almuerzo al mediodía y volver convertido en sopa.

Por suerte ahora uso calzoncillos Freebola.

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2 comentarios:

Pap´s dijo...

esas cosas no pasaban con 29 años y 364 días??

Anónimo dijo...

PORQUE NO ESCRIBIS COSAS SENSATAS....