
jjajajaajajajajajajjajajajajjajaajajajajjjajajajajajajajajjaajjaja!!...
Que ridículos se deben sentir esos tipos que trabajan en autos amarillos con orejas del amariconado ratón miguelito. Andan por la calle circulando como si nada y todos se dan vuelta a mirarlos. Incluído myself.
Será por ese particular color que destaca en el gris de santiago o por el adorno ya mencionado, pero siempre que me cruzaba con uno lo miraba y decía (interiormente eso sí): "...Eso es como disfrazarse de pañal afuera de un supermercado pa´ que todos te hueveen..."
Si hasta los creativos de Crush los usaron para su campaña (y de seguro lo hicieron porque es un ícono de la ridiculez).
Lunes en la mañana:
Ahora siento que ridículo es tener un condenado roedor en casa y no poder dormir por su culpa.
¡Vamos Truly Nolen!
¡No se me apapachen!
siempre que veía su sello sanitizador en un baño público ya me creía en casa...
2 comentarios:
nada más rancio que tener ratones en la casa. wacala
Puta. Parece que fue producto de mi desinhibida imaginación en una noche terrible.
Cuando lo fuimos a buscar no estaba y no sonó nunca más.
Quedé como sweater of monkey por armar semejante escándalo.
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