
THE END: TRANSFORMERS
La película parte con un joven medio ahueonao´, que encarecidamente quiere vender los anteojos de colección de su abuelo excursionista pa´ comprarse su primer auto. No un Porsche ni un maruti diesel ni menos un Datsun Bluebird. No señor. Lo que quería el perla era un Chevrloet Camaro.
El papá, que es el doble de ahueonao´, le compra ese auto cuando lo encuentra en una compra-venta con un nombre bien chistoso: BOLIVIA. Cáchense la onda, porque le tiran un palo a nuestros queridos vecinos y que raya en lo ofensivo.
En fin. De ahí en más, lo que faltaba era que apareciera el Di Caprio de las micros del transantiago como es OPTIMUS PRIME y que la historia comenzara a tomar forma de auto o de robot ultra-mareador y poco sofisticado con esos disfraces bastantes incómodos de cambiar.
Un día cualquiera, llegan los Decepticons en busca de su lider MEGATRON, que estaba escondido por los gringos desde el año 1934, cuando fue encontrado por el abuelo excursionista en el polo norte-sur. Ya en ese tiempo, el robótico antagonista se encuentra con el viejo mandándole el manso ni que rayo láser pa´ destruirlo. Lo que no sabía el Ciber-bribón era que el quaker terrestre iba a hacer que el anciano sobreviviera y que en sus anteojos quedara registrado un código secreto que dejaba super claro dónde estaba el cubo rubik da forma a la lucha entre los autobots y decepticons.
Con el paso de los minutos, las peleas van y vienen entre estos cabros que más encima son hermanos. Se tiran bujías, se rayan la pintura y se miden el aceite constantemente sin mandarse ni un solo abollón.
Entre tanto, los pacos gringos que no cachaban que estaban ante unas super estrellas de Hollywood, les sacan partes y les tiraban inofensivas balas.
Con todo esto que les conté, el final es más que obvio. Optimus y sus boys ganan todas las peleas y Megatrón megatrón muere asumiendo que no es tan bacán ser metralleta.
El papá, que es el doble de ahueonao´, le compra ese auto cuando lo encuentra en una compra-venta con un nombre bien chistoso: BOLIVIA. Cáchense la onda, porque le tiran un palo a nuestros queridos vecinos y que raya en lo ofensivo.
En fin. De ahí en más, lo que faltaba era que apareciera el Di Caprio de las micros del transantiago como es OPTIMUS PRIME y que la historia comenzara a tomar forma de auto o de robot ultra-mareador y poco sofisticado con esos disfraces bastantes incómodos de cambiar.
LA HISTORIAPara ser sincero, la cosa es bien pobre porque se basa en una guerra derivada de las constantes alzas y bajas de la bencina. Claro, los weas más encima se vienen a la tierra donde la cosa está peor.
Un día cualquiera, llegan los Decepticons en busca de su lider MEGATRON, que estaba escondido por los gringos desde el año 1934, cuando fue encontrado por el abuelo excursionista en el polo norte-sur. Ya en ese tiempo, el robótico antagonista se encuentra con el viejo mandándole el manso ni que rayo láser pa´ destruirlo. Lo que no sabía el Ciber-bribón era que el quaker terrestre iba a hacer que el anciano sobreviviera y que en sus anteojos quedara registrado un código secreto que dejaba super claro dónde estaba el cubo rubik da forma a la lucha entre los autobots y decepticons.
Con el paso de los minutos, las peleas van y vienen entre estos cabros que más encima son hermanos. Se tiran bujías, se rayan la pintura y se miden el aceite constantemente sin mandarse ni un solo abollón.
Entre tanto, los pacos gringos que no cachaban que estaban ante unas super estrellas de Hollywood, les sacan partes y les tiraban inofensivas balas.
Con todo esto que les conté, el final es más que obvio. Optimus y sus boys ganan todas las peleas y Megatrón megatrón muere asumiendo que no es tan bacán ser metralleta.
Saliendo del cinema, me preguntaba: ¿Cómo será para estos roboks ponerse el pijama?. Debe ser todo un problema...
Eso sería.
Autobots: No lean este blog de mierda.
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